El entorno de Cala Mosca, Orihuela (Alicante), es una pequeña zona virgen que, hasta la fecha, ha resistido el implacable azote del hormigón en nuestra exhaustada costa levantina. como aldea de Astérix contra la expansión del Imperio Romano en el imaginario de René Goscinny y Albert Uderzo.
Minúsculo reducto de gran valor ecológico, con presencia de endemismos y especies en estado especial de protección.
Localizamos aquí un par de calas, de las escasísimas que podemos encontrar en estado virgen en el litoral alicantino, y las únicas en el oriolano y que, precisamente por ser reductos naturales, presentan una gran tradición de uso nudista.
Pero este pequeño trocito virgen de costa, totalmente rodeado por la presión urbanística, no está a salvo. La amenaza del ladrillo sigue en los despachos en forma de acuerdos urbanísticos en estado de aprobación.
La respuesta no se ha hecho esperar en forma de movilización social. La salvaguarda de este espacio único ha configurado un colectivo de personas que trabaja y lucha por su defensa “Salvemos Cala Mosca” al que desde la Associació Naturista Valenciana (ANVA) queremos dar apoyo y respaldo.