Sábado 27: Por la tarde hicimos una interesante excursión por Altea. Durante la cena tuvimos ocasión de disfrutar de buenas conversaciones. Dormimos en un camping en casitas de madera.
Domingo 28: El desayuno compartido fue una alegría. Luego fuimos de excursión por la Serra Gelada y visitamos la Cala del Metge. La teníamos para nuestro disfrute en exclusiva, así que gozando de plena libertad, tres valientes se desnudaron y se bañaron en el mar. El sol lucía esplendorosamente y calentaba bastante: donde no daba el viento, se estaba de maravilla.
Comida de cuatro estrellas en un hotel precioso. Por la tarde, spa naturista en l’Albir Spa. ¡Qué delicia! Allí mismo, en cueros, piscolabis para reponer fuerzas, en alegre armonía y excelente compañía. Calurosa despedida con la esperanza de que se repita pronto.