¿Puede la desnudez ayudar a conectar con los lugares arqueológicos, históricos y culturales que se visitan?
Cuando nos aproximamos a un entorno cargado de historia, tratamos de conectar con la esencia de ese lugar. Intentamos imaginar cómo eran aquellas gentes del pasado, qué cosmovisión les guiaba, cuál era la trama cultural que les aglutinaba. Intentamos entender sus vivencias pretéritas.
Y a menudo interpretamos desde nuestra particular visión del mundo. Una mirada cargada de clichés, de prejuicios y de estereotipos, además de una amalgama de identidades social y actualmente construidas. Y, con toda esa subjetividad, miramos a los demás para “tratar de interpretar su cultura”.
Un acercamiento al otro requiere una mirada lo más limpia posible para, desde ella, conectar con su esencia humana desde el relativismo cultural.
Perderse por lugares cargados de historia, al desnudo, ayuda a hacer esa limpieza mental y acercarse mejor con esa humanidad compartida. Supone descargarse de condicionamientos y sentir el abrazo atemporal de nuestra condición humana.
Pero las palabras son eso, palabras. Las vivencias personales son las que les pueden dar su máximo sentido. Por ello, animamos a experimentar la vivencia del encuentro íntimo con nuestro pasado. Solo así se podrán entender todas y cada una de las ideas de estas palabras.
Busca un entorno cargado de historia, desnúdate ante él y sumérgete en la experiencia de fusionarte con lo que nos hace humanos, pero hazlo siempre y cuando no entres en conflicto con los demás. Lamentablemente, el desnudo todavía no es considerado como una de nuestras libertades, lamentable y erróneamente, por un amplio espectro de nuestras sociedades. Es 'ofensivo', 'irrespetuoso', constituye una 'amenaza' y debe ser perseguido y castigado como acto 'sancionable', moral o jurídicamente. Así que, en la vivencia nudista de nuestra cultura prima la precaución y la idea de tener siempre presente que la mirada de los otros puede estar cargada de implacables tabúes.
La experiencia nudista en lugares monumentales ha cautivado a algunos iniciados, aunque la experiencia vital puede ser diferente en cada caso, desde la búsqueda de la conexión indicada anteriormente, la defensa y promoción del nudismo, la notoriedad en redes sociales o una simple transgresión. Así lo atestiguan algunos perfiles en las redes sociales más de moda, que nos muestran imágenes en lo que vendría siendo una especie de exposición de desnudos por el mundo.
En esta línea, el sentido común y el respeto máximo debe primar, ya que el desnudo, sigue siendo ofensivo para muchas personas y administraciones. Muchos lugares tienen la entidad de “sagrados” para la gente autóctona y sus custodios, y nuestra práctica nudista puede ser considerada una amenaza.
Así ha ocurrido en lugares como Machu Picchu, donde expresamente se prohibieron los “actos irrespetuosos, obscenos o irrelevantes a la sacralidad del lugar” con severas sanciones, ante el aumento de personas que se fotografiaban desnudas en sus ruinas. Aquí, en España, se nos ha denegado la visita nudista a algún monumento, con el argumento de no poder calibrar la repercusión de la visita en la opinión pública, por lo simbólico del lugar y el sentimiento de afecto y respeto de la población que lo alberga.
