La segunda quincena de agosto estuvimos de incógnito en varios campings textiles, digo de incógnito porque es así como nos sentimos. ¡Joer, no se aprecian las cosas hasta que no las tienes! Fue como si fuéramos seres de otro planeta jajajajaja, no exagero, ¡lo prometo!
Me explico. Después de pasar la primera quincena de vacaciones desnudos, que es lo que nos gusta, y visto lo visto lo más práctico, decidimos llevar a nuestras hijas por un tour de campings para conocer el interior de la Región de Murcia. Estos camping son textiles muy a nuestro pesar. Ha sido toda una odisea. Odisea por el tema del textilismo, lo demás genial, hemos conocido sitios maravillosos.
Para empezar pasarela de biquinis, bañadores, triquinis, turbo pack y diversas formas de taparse y vestirse para bañarse o mojarse. ¡Horror, mojados y húmedos constantemente!
Seguimos con los aseos, separados, hombres y mujeres, no podíamos ayudarnos y colaborar para duchar, secar, vestir a la pequeña de dos años. Menos mal que las otras dos tienen once años y se apañan solas. Al no poder ir juntos tampoco podíamos compartir el gel, champú, mascarilla… ten de todo dos cosas o haz turnos y tarda el doble.
Ahora, dúchate en un lugar reducido, con puerta y mete allí todas tus cosas, toalla, ropa etc…y luego vístete ahí mismo. Creo que esta gente ha adquirido unas habilidades especiales para esto. En serio, echamos mucho de menos lo fácil que son muchas cosas cuando no hay ropa de por medio.
En esta ocasión, nos hizo falta el nudismo por pura practicidad. Me doy cuenta que los humanos nos complicamos hasta en lo más sencillo.
Dicen que en la sencillez está la belleza, y qué verdad es.
Extraído del blog Mamá nudista.
Vivencias y opiniones desde mi condición de mujer, madre, nudista y humana.